miércoles, 5 de agosto de 2009

reflexiones y experiencias (I)

Anoche no podía dormir. Por todos aquellos que se os haya ocurrido pensar alguna vez, habreis descubierto que nuestras mayores revelaciones nacen en noches de tormentosa vigilia.

Así fué mi noche de ayer, una noche tormentosa, cruel, de esas que te te deshollan la mente lenta y descaradamente, hurgando en cada preocupación, en cada recuerdo o miedo, y eran mis miedos los que me asaltaban, a mi, tumbado sobre una cama húmeda de sudor veraniego, solo, y con el amor de mi vida a numerosos kilómetros de distancia por primera vez, tras casi un mes de inseparable lecho compartido.

Y así pues, la reflexión y el absurdo, abrazadas a mis miedos decidieron hacerme pasar una noche, en que por un momento sentí con horror, que el castillo fortificado de mi vida podía derribarse de un plumazo, y que la ironía y el destino podían burlarse de mi como nunca lo habían hecho. Temí, y temí por mi gente y por los que mas quería, temí por muchas cosas.

y temí hasta el momento en que me percaté de que, de una forma u otra, mis manos se habian unido y de mis labios salía una vieja oración de mi infancia. Abrí los ojos y terminé de enunciarla. Rara vez entonaba aquellos versos de los que tantas veces he renegado, pero allí me hallaba, mirando a ninguna parte y en un silencio pacifico y tranquilo.

Mi razón rugía que hablaba solo, pero algo me empujaba a seguir hablando con un interlocutor inexitente. Mi dios? mis creencias? Acaso mi desesperación por enunciar mis preocupaciones a algo o alguien que me pudiese tranquilizar realmente? No lo se, pero allí me hallaba, haciendo algo parecido a rezar, contando mis preocupaciones a un interlocutor ausente. Pidiendole protección para mi amada y mi familia, pidiendo felicidad, paz, y prometiendo a cambio la escritura de esta entrada en mi blog, entre otras cosas.

Y me sentí apaciguado, sentí por un momento que todas mis preocupaciones no debían ser enfrentadas con miedo y el ceño fruncido, sino con arrojo y una sonrisa. Y sentí pena por muchos de los sujetos de mis pensamientos por no saber sonreirle a la vida, y a su vez sentí la mayor de las felicidades y de los agradecimientos, pues por un momento miré mi vida, y supe que no seguir sonriendo sería un desproposito y una deshonra para aquello, sea lo que sea, que me hizo palabrear al aire, e incluso para mi amada.

No se realmente que sucedió anoche. no se siquiera cual es el proposito de describirlo en este blog, solo se que esta mañana un pequeño papel a mi lado con mi letra me decia que escribiese esta pequeña y peculiar experiencia. Bueno, eso, y que sonriese, que amase, que agradeciese.

Pues ya hay bastantes seres tristes en el mundo como para añadir uno mas a la lista.


un saludo


FailleN